Josè Ma. Moleros y Pavón, a sus 25 años y por insistencia de su madre, Doña Juana María Pavón, ingresó al seminario. Caminaba erguido, lleno de orgullo por la raza india que inundaba sus venas, pero que luchaba internamente con la sangre criolla también circulante en su interior. Morelos, sabía con seguridad lo que deseaba y esperaba encontrar en ese lugar.
Este joven se caracterizó por su gran energía y responsabilidad, estudiaba todos los días sin descanso.se hizo discípulo de Hidalgo, compartió sus ideales y creyó fielmente en un futuro mejor para todos.Deseaba la igualdad, la libertad y la independencia.
Formado con valores sólidos, Morelos siempre pensó en los demás, trabajó desde los 14 años para ayudar a su madre y a su hermana, aunque lejos y al cuidado de su tío, todas las noches, al terminar su jornada como arriero, miraba las estrellas..., hablaba con su padre ya fallecido y pensaba en ellas(su madre y hermana).
Nada ni nadie, haría desaparecer el deseo de ser diferente, de hacer algo por los demás, de perder el miedo al fracaso o la vida. En èl, sòlo existìa la Empatìa con el campesino, el indìgena o el esclavo. No perdiò en momento alguno la cordura ni la fe, a pesar de ser excomulgado y fusilado. Quedò para siempre en grabado en la historia.
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